CIBERCADÁVER EXQUISITO

El juego surrealista.

El grupo surrealista inventó en el primer tercio del siglo XX una técnica de creación
que denominaron "cadáver exquisito". Consiste en una creación colectiva que se va
continuando sin que los autores conozcan la obra del autor anterior. Los surrealistas
escribían en un papel, lo doblaban (de manera que quedase oculto lo escrito)
para que el siguiente autor continuara la obra.


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Cibercadáver anterior.

CIBERCADÁVER VIVO (EN CRECIMIENTO)

El vampiro púrpura sonríe y agita su capa (Marcelo, Bolivia, Universidad)
encerrada en una cajita de caramelos (Arianna Castañeda, Lima, Perú)
que salpica todo mi corazón. (Fer Solo, Salamanca, 4°ESO)
Tus labios son como dos pedazos de carne que me encanta morder (Suseth Oriana, Jalisco, México, 14 años)
y el saber morir es descansar dentro de ti. (Fernanda, México, 13).
Las salchichas frankfurt son las más ricas (Marta, Salamanca, 15 años)
aunque muera de amor por ti y mi sueño de que me ames no se cumpla (J.Ignacio Barba, Guadalajara, México)
yo las como y las saboreo con gracia y alegría (Marta, Salamanca, 15 años)
y cada vez que las veo me dan ganas de comer. (Susana, Jalisco, México, 14 años).
A pesar de mi ombligo sellado entre paredes estomacales y ondas expansivas (Christiam Marcelo, Lima)
la piel dolía y ensangrentaba: sólo de un monstruo se trataba.(Sherezade, IES Calatalifa, Villaviciosa)
Micron, en la estepa de tu mente (lucAs, Buenos Aires)
Sin romper la quietud de la noche se posó silenciosamente a mi espalda mirándolo todo con una sonrisa audaz... (Marcos Llorente Gandullo, Cerdanyola del Vallés, IES BANÚS)
las estrellas están muy altas y no las puedo alcanzar, tus labios estan muy cerca y no las puedo besar (Ana, México)
Si pedirte perdón es ser débil, me considero uno. (Francesco Giler, Colombia)
En el cielo hay angelitos, en el mar hay pescaditos pero aquí es mejor porque hay... papacitos (Daniela de los Santos Cardona,
Colegio La Paz, México)
En las noches nocturnales las como con osadía (Martha N. Caraveo P., Campeche, México)
el viento surcando en tu rostro y en tus cabellos de oro: (Francisco, Getafe)
que mueras feliz; nos vemos, muertito. (Jairo Lamas Herrera, 2° medio, Bolivia)
Vuelves a venderme tus indulgencias (Ninfa, Madrid, España)



Seguiremos creando cadáveres exquisitos con los versos perdidos que queden sin destino:

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La Sombra del Membrillo 2003-2007

 

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