(VERSIÓN EN CASTELLANO DEL AUTOR)


EL HOMBRE GRANDE DE GRAN CHAQUETA

El Hombre Grande de Gran Chaqueta
me dijo:
entrarás en el psiquiátrico
debes entrar
el Poeta es el gran enemigo del Orden
entrarás
en el psiquiátrico
debes entrar,
piénsalo:
allí hay montones de comida
y nadie muere
todos viven
eternamente
todos los Poetas están allí
¿no quieres vivir con tus amigos
esos cerdos?
Todos están allí
en el psiquiátrico feliz.
¡Entra!
Verás muchos anuncios. Serás feliz
con dineros infinitos
comprarás universos
infinitos
de colorines reverberados.
Serás feliz.
Yo
despues de oír eso
miré
los cuadros con mil ojos del Hombre Grande de Gran Chaqueta
y despues miré
las montañas
y las nubes feas y las nubes hermosas
moviéndose
y las mujeres gordas y los niños deformes
jugando
y a las hembras seductoras y de zumo
y a los pequeños incendiados de hormonas y
de
vida
y a los alacranes y las gaivotas y a los linces y a los gatos, y despues le dije:/
No.
Sé que
hay un albor para mí donde da vuelta el viento
donde los planetas bailan muiñeiras
donde
estallan
los estados y los países no saben
que lo son,
sé que
hay un adolescente herido y vengativo en mi interior
que no quiere
morir, y que hierve
y que hierve
hierve poemas hierve palabras hierve dulzuras imaginadas aún inconcebibles/
y hay un angel, un demonio, un ruiseñor, un cocodrilo
dentro de mí
un santo, un viento, un volcán, un ejército feliz y libertario
dentro de mí
sé que
dentro de mí está todo y yo
soy La Célula
que contiene todo el Universo
dentro de mí.
El Hombre Grande de Gran Chaqueta
bajó la pistola.
Sabía que podía
matarme
y que
no pasaría nada.
Él era La Ley.
Pero mi risa de anaconda
y mi felicidad de albornoz
fueron
más fuertes que sus balas
ansiolíticas.

Gracias a David F. Rivera hemos conseguido este inédito de Francisco Castro (Vigo, 1966). Desde muy joven ha publicado libros en gallego, algunos traducidos al castellano. Ha tocado practicamente todos los géneros: el relato corto (A canción do náufrago), el libro erótico (Xeografías, y Río Leteo), la novela histórica (Memorial do infortunio), la vivencial (Xeración Perdida, premio Cartafol al mejor libro de narrativa en gallego, 2004) y la novela juvenil (Un bosque cheo de faias), entre otras obras. Atesora premios literarios de poesía (O Facho por Matar a Walt Whitman moitas veces), de novela (Lueiro Rey en 1997) y de periodismo (Reimóndez Portela en 1999). Trabaja en el ámbito de la gestión cultural y como director de talleres de narrativa y poesía. Su blog (http://www.rioleteo.bitacoras.com) es uno de los más activos de Galicia.


La Sombra del Membrillo, número 5, diciembre de 2005.


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Francisco Castro
(Vigo, 1966)


O HOME GRANDE DE GRAN CHAQUETA

O Home Grande de Gran Chaqueta
díxome:
entrarás no psiquiátrico
debes entrar
o Poeta é o gran inimigo da Orde
entrarás
no psiquiátrico
debes entrar,
pénsao:
alí hai comida a esgalla
e ninguén morre
todos viven
eternamente
todos os Poetas están alí
¿non queres vivir cos teus amigos
eses porcos?
Todos están alí
no psiquiátrico feliz.
¡Entra!
Verás moitos anuncios. Serás feliz
con cartos infinitos
mercarás universos
infinitos
de coloríns reverberados.
Serás feliz.
Eu
despois de escoitar iso
ollei
os cadros con mil ollos do Home Grande de Gran Chaqueta
e despois ollei
as montañas
e as nubes feas e as nubes fermosas
movéndose
e as mulleres gordas e aos nenos deformes
xogando
e ás femias seductoras e de zume
e aos cativos incendiados de hormonas e
de
vida
e aos alacráns e as gaivotas e aos linces e aos gatos,
e despois díxenlle:/
Non.
Sei que
hai un albor para min onde dá volta o vento
onde os planetas bailan muiñeiras
onde
estralan
os estados e os países non saben
que o son,
sei que
hai un adolescente ferido e vingativo no meu interior
que non quere
morrer, e que ferve
e que ferve
ferve poemas ferve palabras ferve dozuras imaxinadas
aínda inconcibibles/
e hai un anxo, un demo, un reiseñor, un crocodilo
dentro de min
un santo, un vento, un volcán, un exército feliz e libertario
dentro de min
sei que
dentro de min está todo e eu
son A Célula
que contén todo o Universo
dentro de min.
O Home Grande de Gran Chaqueta
baixou a pistola.
Sabía que podía
matarme
e que
non pasaría nada.
El era A Lei.
Pero o meu riso de anaconda
e a miña felicidade de albornoz
foron
máis fortes que as súas balas
ansiolíticas.